Si de la vida proviene la muerte, ¿por qué mi corazón no muere?
De desdichas y amoríos es la vida
y de llanto y alegría mi ser,
ahora comienzo a creer
en la tormenta en calma;
en la luz de la oscuridad;
pero prefiero más creer
que no hay día sin ti.
Busco donde ya encontré,
rio donde ya lloré,
y el tiempo sólo prosigue su curso
dejando en mí sólo un poco de lo que puedo merecer.
Y pasa el día, transcurre la noche
y mi momento, comienza y termina
en el justo instante, donde la vida y la muerte
pueden ahora enamorarse, para después olvidarse...
Olvido, el tierno abrir de mi ser.
Olvido, el plácido comienzo de vivir.
Olvido, la alegría de mi llanto.
Olvido, que debo morir.
Pero mientras el tiempo siga transcurriendo
jamás olvidaré que fuiste tú quien ilusionó
el principio y fin de este ser.